La primera de las tres catedrales
La diócesis de Vitoria, un episcopado con tres
sedes y una historia que empieza en Armentia
12.04.13 - 16:21 -
No hay muchas ciudades del mundo que puedan presumir de tres
catedrales y Álava por unas circunstancias complejas como la vida misma las
puede exhibir como tres grandes hitos, como tres cajas negras donde ha quedado
registrada su propia historia.
Armentia, como sede catedralicia, nace con la invasión musulmana del
Valle del Ebro hacia la mitad el siglo IX y sus consecuencias: la emigración de
muchos cristianos del Obispado de Calahorra hacia tierras libres de la presencia
árabe. Las tierras de Álava fueron refugio de muchos de esos cristianos, que
dependen, en un principio, del reino astur-leonés. Bascularán después, a
mediados del siglo X, hacia el reino de Pamplona y acabarán, al final, bajo la
órbita de Castilla. Religiosamente eran tierras ya muy cristianizadas. En ese
contexto surgió el Obispado de Armentia. Abarcaba gran parte de Álava y Vizcaya
y el occidente guipuzcoano. En la documentación de los siglos IX-XI aparece una
decena de personas a las que se les titula «obispo en Álava, de los alaveses, en
Veleia y en Armentia». Algunos autores llegan a decir que también la ciudad
romana pudo tener su obispado.
Don Fortunio, el último prelado, es el más conocido. Provenía del
monasterio de Leire y siempre permaneció en la órbita de Pamplona. Murió hacia
1087 y con él desapareció, no sin tensiones, el obispado de Álava absorbido por
el de Calahorra que volvía por sus fueros. Hay que recordar que un camino
parecido recorrió el Obispado de Valpuesta en el nordeste de Burgos con
influencia en el occidente de Álava. Allí se documentan hasta 21 obispos entre
los siglos IX y XI y pervive su espectacular colegiata.
Un obispo de Calahorra, Rodrigo de Cascante, sigue utilizando el
título de la sede armetiense, asiste como testigo a la fundación navarra de
Vitoria en 1181 e impulsa la construcción del gran templo románico que sustituyó
a la anterior iglesia prerrománica.
Liturgia de catedral
Armentia mantuvo, sin embargo, la gloria de su colegiata, con un
cabildo y la liturgia de la sede episcopal. Pero en 1496, los vitorianos piden a
los Reyes Católicos que a su vez reclame ante el Papa el traslado del título de
iglesia colegial desde Armentia a Santa María. Dicho y hecho. La Santa Sede
otorga la reclamación y es la vieja parroquia fortaleza la que retoma la pompa
de ser antigua sede catedralicia sin haberlo sido nunca. Con su propio cabildo
que tropieza a menudo con el que forman los sacerdotes de las cuatro parroquias
restantes, Santa María es una eterna aspirante a obispado y los cristianos
alaveses argumentan que Calahorra está muy lejos y usurpó la sede. Casi lo
consigue en 1522 cuando Adriano VI es proclamado papa en Vitoria mientras
organiza la defensa de la frontera frente a los franceses. El nuevo papa se
compromete a erigir la diócesis, pero muere pronto. La diócesis se erige por fin
el 28 de abril de 1862 después de muchas idas y venidas y del rechazo permanente
de Calahorra. Su territorio abarcaba entonces las tres provincias vascas.
Treviño se quedó en Calahorra hasta 1951.
La prueba del interés de Vitoria y sus creyentes por una sede
episcopal fue la decisión de construir una nueva catedral, aunque los deseos no
fueron acompañados del poderío económico y, además, en 1950, Bizkaia y Gipuzkoa
crearon sus propias diócesis. Las obras duraron entre 1907 y 1973, pero se
consagró el 24 de setiembre de 1969.